El Atlético buscó con tenacidad la victoria en El Sardinero, pero la recompensa a tan buena actitud resultó más bien escasa. Los puntas rojiblancos no cesaron en su empeño de ver la portería cántabra, la defensa del Racing veía con impotencia como Arda y Adrían rompían el esquema urdido por el triunvirato y Falcao era provisto de todas las ocasiones que un delantero pudiera desear. Sin embargo, los rojiblancos no contaban, por inesperado, con un condicionante, que Toño, portero curtido en mil batallas, fuera a dar una clase maestra de reflejos, colocación y sangre fría. Todas las ocasiones colchoneras, más de diez, ya fueran por los continuos errores de la zaga racinguista o fruto de la calidad de los delanteros atléticos, bien parecían estériles. Daba igual, ahí estaba Toño convertido en La Araña Cántabra para atajar todos los disparos del rival y desilusionar al aficionado rojiblanco que levantaba ya los brazos para celebrar el gol.
Básicamente eso fue lo sucedido esta tarde. A pesar de la apariencia negativa del resultado, añadido al último empate contra el Valencia y vislumbrando al Barcelona en la lejanía, si pueden sacarse aspectos positivos del resultado. Mejor ser optimistas y quedarnos con las buenas sensaciones. La primera de ellas sería que a pesar de jugar sin Miranda y Godín, los centrales titulares, la defensa a vuelto a responder sin encajar un gol y aburriendo a Courtois, que siempre es una buena noticia. Otra razón sería que seguimos gozando de muchas ocasiones, una de las virtudes del equipo de Manzano, a pesar de no acertar en la diana, defender bien sin perder capacidad ofensiva, muy importante.
A pesar de que se le puede achacar que de los seis partidos, tres han sido empates, es un hecho que desde que Simeone se sienta en el banquillo el equipo no ha encajado ningún gol y continúa invicto, pero para que estas estadísticas tengan validez es necesaria su continuidad en el tiempo, que la racha se traduzca en más victorias, sumar puntos, importando menos que el Atlético encaje goles siempre y cuando metamos un gol más, es decir, los partidos que se jugaron ayer ya no importan, son pasado, pensar en el próximo rival y no complacerse por el partido ganado es la clave. ¿El siguiente examen? El Sporting en El Molinón.