Una sombra de resignación se cierne sobre el Calderón. Y es que el mal hacer de Manzano no da lugar a otras sensaciones, una vez pasado el cabreo general. Tras unas primeras jornadas de goles y buen juego, El Profesor no ha sabido exprimir el jugo a una plantilla diseñada para Europa, tan sólo unas pocas gotas de voluntad, pero muchas, a raudales, de despropósito, esperpento y vergüenza ajena. Además, son reprochables sus frecuentes ataques de entrenador, despojándose a sí mismo de esa cacareada condición de psicólogo, como la exclusión continuada de Reyes, la insistencia en Godín en detrimento de Miranda o las inexplicables sustituciones de Diego, el jugador con más calidad de la plantilla y sorprendentemente el más entregado a la causa atlética, hasta que se aburra y decida huir de tanta mediocridad. Después nos lamentaremos de perder y no cuidar al centrocampista con más clase que se ve por el Calderón desde la época de Juninho, por lo menos.
Hoy, menos mal, Manzano no está, a pesar de la agonía mantenida por la directiva, que parece disfrutar viendo sufrir al seguidor. Pero aunque el perro haya muerto, la rabia permanece, y para curarla han traído a El Cholo Simeone. Los más optimistas suman dos y dos y dirán que es el análogo colchonero de Pep Guardiola: inexperto, joven, con carisma y de la casa, y si al Barça le funcionó por qué al Atlético no. Por el contrario, los escépticos se agarrarán a esa falta de experiencia en los banquillos y, los que menos en serio se toman las decisiones de este equipo, mirarán hacia su segundo, El Mono Burgos, personaje estrafalario donde los haya. Lo que si es cierto es que por este banquillo han pasado entrenadores de todos los pelajes: de prestigio internacional (Sacchi, Ranieri, Bianchi), gente de la casa (Abel, Aragonés), completos desconocidos (Ferrando, Pepe Murcia), viejos conocidos que repiten (Antic, el propio Manzano), cada uno de su padre y de su madre y todos con resultados muy dispares, pero por lo general la mayoría han salido escaldados.
Personalmente, en diciembre me da igual quien venga, parece difícil arreglar este desaguisado y el año puede estar ya perdido, se llame Benítez, Scolari o quien sea. La Champions queda lejos, y sólo queda la Europa League, una competición que se ha puesto muy cara con la llegada de los Manchester, el Valencia, etc. Sólo le pido a Simeone el buen juicio que Manzano no demostró y se le presuponía, y el orgullo que tampoco supo transmitir a la plantilla para afrontar los partidos, ni a las cámaras en esas vergonzosas ruedas de prensas en las que, continuamente, suplicaba perdón. El fútbol es un estado de ánimo, ya lo dijo Valdano, y el Atlético es un paciente con ansiedad y depresión, veremos a ver si El Cholo es un buen médico de cabecera.
Ya that's definitely true. A year will be gone from the calender with this incident. It effects the careers of the sports personalities.
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