Quién iba a decir que la industrial y gris Glasgow se convertiría en
la ciudad que iba a acoger el partido más emotivo del planeta. El
clásico más antiguo a nivel mundial, con casi 120 años de existencia,
revoluciona la Gran Bretaña cada vez que se pone en marcha. [...]
Y todo porque la religión, la política y la sociedad así lo han conseguido. Católicos y protestantes, Celtic y Rangers, están identificados con estratos diametralmente opuestos, que muchas veces han hecho de este una cita peligrosa.
Lo sucedido en 1971 fue el ejemplo más dramático. Una avalancha de espectadores en Ibrox Park, feudo del Rangers, acabó con la vida de 66 personas.
Nueve años después se vivió la Old Firm más violenta de la historia,
según cuentan testigos presenciales. La policía tuvo que cargar con
dureza a caballo, contra aficionados de ambos equipos. El alcohol que
llevaban encima los hinchas fue la causa de la batalla campal.
Historias como esta son difíciles de repetir en la actualidad. Ahora estos partidos se juegan en el mediodía, para evitar que los aficionados acudan en estado etílico al campo.
Dos orígenes antagónicos
Rangers-Celtic, 1930 |
Tras
esta breve introducción es fundamental retroceder en el tiempo y
conocer cómo nacieron los dos colosos. Rangers lo hizo en 1873 y Celtic
en 1888. Desde la fecha de su fundación, tomaron caminos diferentes. No tenían nada en común, y es por ello que la rivalidad haya adquirido tintes existenciales.
Los 'Gers' fueron fundados por aficionados al remo. Desde el
principio se convirtió en el equipo preferido de los estibadores del
puerto. El origen de los 'Bhoys' llegó con la aparición del padre
marista Wilfred Kerins, que creó una institución que tenía como objetivo
recaudar fondos a favor de un comedor infantil para inmigrantes irlandeses.
Rápidamente el Celtic se convirtió en el equipo de la abundante colonia irlandesa
establecida en Escocia, en su práctica totalidad, de origen católico.
Esto hizo que en el Rangers empezaran a 'vender' con mucha fuerza que
eran el equipo símbolo del protestantismo. Y así llegó el primer
Celtic-Rangers. Supuso además el debut como club de fútbol del Celtic,
que goleó por 5-2.
Poco a poco la rivalidad fue creciendo. Hasta que en 1909 se vivió
una final de Copa que dio origen a la definición propia que tiene este
derbi: Old Firm. El choque acabó en empate, por lo que se tuvo que
repetir -no existían prórrogas-. El segundo partido, con las gradas del
mítico Hampden Park abarrotadas, iba camino de repetir desenlace.
Sin embargo, por la grada circuló el rumor de que podría estar
pactado de antemano el empate para poder disputar otra repetición más, con su consiguiente beneficio económico extra
para los dos equipos, y aficionados de uno y otro lado invadieron el
campo. Quemaron las taquillas, e incluso atacaron a los policías. La
conclusión no pudo ser más drástica: el palmarés de Copa en Escocia
cuenta con un hueco en blanco en la edición de 1909.
Old Firm significa vieja empresa. Este nombre simboliza la extendida opinión de que ambos conjuntos se benefician económicamente de la antipatía que se profesan.
La rivalidad entre ambos es brutal, no hay duda. Pero paradójicamente
fuera del campo son todo un uno. Lo negocian todo de forma conjunta,
como los derechos de televisión o su posible ingreso en la Premier
League inglesa. La antipatía que esto ha provocado en el resto de
equipos escoceses es obvia.
Una rivalidad inevitable
Hasta
la fecha la rivalidad tenía tintes, básicamente, deportivos. Sin
embargo, en 1912 se instaló en Glasgow la empresa de astilleros Harland
and Wolf. No contrataba a católicos... otro punto a favor de ir 'labrando' la enfervorizada rivalidad.
El sectarismo de las aficiones se agravó con la instauración del Estado Libre en Irlanda en 1921,
tras siete siglos de dominio inglés. La zona del Norte, más pequeña,
siguió perteneciendo al Reino Unido, mientras que la del sur se
convirtió en el gran pulmón del Celtic.
Por aquella época, cada Old Firm terminaba muy mal. Las batallas
campales eran ineludibles al final de cada encuentro, y se empezaba a
asumir que la reconciliación era imposible. Es más, ¿para qué conseguirla?, que pensaba la mayoría.
Tras una época de tregua relativa vivida tras la II Guerra Mundial,
la situación se recrudeció. Es cuando la política entra en juego. Así, era habitual ver alusiones al IRA en Parkhead,
mientras que en Ibrox Park es muy habitual el cántico que reza 'Estamos
hundidos en sangre feniana hasta las rodillas, rendíos o moriréis', en alusión al Sinn Fein, partido nacionalista irlandés y rama política del IRA.
En este último estadio también se viven momentos de exaltación cuando
suena la canción Simply the Best, de Tina Turner. Al final se escucha
un estremecedor '¡A la mierda el Papa!'
Johnston, una excepción histórica
Mo Johnston |
Luego
viene la aplicación de religión y política en el apartado deportivo. En
el Celtic han jugado por tradición no protestantes, mientras que el
Rangers llevó el camino inverso hasta que en 1989 se produjo el fichaje
de Maurice Johnston. Estamos ante el único jugador de la historia que ha militado en católicos y protestantes.
El origen de Johnston era irlandés y católico, y tras ser
traspasado por el Celtic al Nantes, el Rangers acometió su fichaje. El
infierno que vivió en Ibrox Park fue tremendo. Todos en Glasgow le odiaban.
Unos por ser un traidor y marcharse al rival -Celtic-. Otros, por
considerarle un intruso -Rangers-. Al final, terminó marchándose a
EE.UU.
La globalización también ha influido en esta rivalidad enconada.
Ahora la mayoría de los jugadores son extranjeros, pero la esencia es la
misma. Las polémicas siguen siendo constantes. La última se vivió hace
unas temporadas, cuando el portero del Celtic, el polaco Artur Boruc se santiguó antes de comenzar una Old Firm en Ibrox Park. Boruc fue amonestado por las autoridades por atentar con este gesto contra el orden público...
La hostilidad que se vive en la grada es indescriptible. Cuenta todo aquel que ha presenciado uno de estos partidos que no hay nada comparable con un Celtic-Rangers. Ni un Boca-River, ni un Real Madrid-Barcelona, ni un Flamengo-Fluminense.
Esto lo deja claro Sir Alex Ferguson, entrenador del
Manchester United y escocés, en su biografía: "Hay gente que insiste en
que otras rivalidades futbolísticas pueden generar tanta intensidad como
los choques entre Rangers y Celtic. Bien, he estado en San Siro, en el
derbi de Milán, en Barcelona cuando fue el Real Madrid, he visto
el Benfica-Oporto y me he visto envuelto con el Manchester United en
partidos contra el City, el Liverpool o el Leeds. Créeme, no hay nada
comparable con la atmósfera de un Celtic-Rangers".
En 1999, el colegiado escocés Hugh Dallas recibió un impacto de una
moneda por parte de los aficionados del Celtic. Al final del partido
sorprendió a todos con su discurso: "Tengo amigos en el mundo del
arbitraje, como Collina, a los que les encantaría dirigir un Old Firm.
Yo no lo dudaría: si tuviera que elegir entre arbitrar a las mejores
estrellas del continente en la Champions League o un derby de Glasgow...
me quedaría con nuestra propia batalla de gigantes".
La rivalidad, como estarán comprobando, es muy compleja. Es más, un amigo escocés me dijo en una ocasión que "el Celtic-Rangers es un Irlanda-Inglaterra. Los escoceses son mayoritariamente de otros equipos".